«Había una soga atada a su cuello y otra a sus órganos sexuales, ambas estaban atadas juntas y colgadas del ropero».
Entre mis leyendas urbanas preferidas está la de aquel desdichado que pereció mientras se encontraba sodomizando a una gallina y un pedrusco se precipitó sobre los sorprendidos, y ya nunca más,secretos amantes. Puede que no sea cierta, pero la mera idea de un ser humano inoculando su semilla en la pobre gallinácea despierta en el imaginario colectivo una irrefrenable tendencia a la risión.
Pie de foto sin chascarillo.
En cuestiones de disfrute personal físico auto inducido el ser humano ha desarrollado un más que sofisticado muestrario de estravaganzas onanísticas. En este apartado he oído de todo, en particular me viene a la cabeza una especie de experimento realizado por unos coleguillas del insti ávidos de nuevas emociones:
1. El individuo "A" comprobó, relajadamente introducido en una bañera, que una mosca con sus alas amputadas tendía irremediablemente a escapar del ahogamiento tratando de alcanzar la cumbre de la única "isla" disponible en el improvisado océano de lujuria. El esfuerzo de las minúsculas patitas del insecto , en su desesperado intento de alcanzar la cumbre de su particular 8000, producía en el circuncidado miembro viril de "A" un estallido de júbilo sin precedentes.
2. El individuo "B" apuntó en la conversación la inconveniencia de no tener a mano en toda ocasión una mosca (o similar) a la hora del baño semanal. A la semana siguiente "B" encontró la solución: Al no encontrarse circuncidado, resultaba más fácil coger una mosca y, sin manipulación previa, introducirla en la cavidad formada por la "pielecilla sobrante" del prepucio Vespucio. Obviamente, a todos nos pareció mucho más políticamente correcto el método de "B" al no infringir daño alguno al animal de experimentación que podía incluso ser reciclado para posteriores usos.
3. Aún así quedaban ciertos flecos éticos en el empleo de insectos para la experimentación lúdico-festiva con el miembro (descapotable o no). Un compañero "C" ofreció una versión más sofisticada y que dejaba de lado el empleo de objetos animados. Su método consistía en dejar un yogurt al sol y, una vez calentito, ponerlo mirando a Cuenca.
Podéis pensar que un servidor ha visto Leolo y donde ponía un gato ha puesto una mosca y donde hígado un yogurt. Pues no, podéis no creerme pero la imaginación de un quinceañero de provincias puede dar para mucho...
Hoy me he acordado de todo esto y de muchas cosas más al enterarme de la desafortunada (para él) muerte del famoso individuo "D". Me he pasado el día haciendo conjeturas sobre cual sería el propósito oculto (se llevó el secreto a la tumba) del enrevesado jueguecillo de nuestro amigo. Ya ...Todos pensareis que se trataba del típico experimento de "me pajilleo mientras casi me asfixio". No sé, yo tengo una teoría más retorcida...
De todos es sabido la increíble flexibilidad del individuo en cuestión, y todos hemos oído de la capacidad de ciertos seres para comerse su propio nabo (Ron Jeremy lo hacía estupendamente antes de echar panza). Quizás nuestro amigo fuese de ese tipo de personas, hechas de otra pasta (más flexible), capaces de tamaña proeza. Quizás también el paso de los años hubiese mermado esa capacidad y se tendría entonces que recurrir a métodos mecánicos más sofisticados.
Ron, en la flor de la vida. Yo me lo guiso yo me lo como...
Así, el individuo "D" habría tratado de realizarse una auto fellatio asistida mecánicamente con asfixia inducida. Conceptualmente está bien, pero por lo que parece, el intento del freestyler por convertir la línea en triángulo no resultó todo lo exitoso que pretendía.
Aún así, este experimento ha dado un nuevo cariz a la expresión "matarse a pajas" y desde luego merece todo mi respeto por osado y vanguardista.
Yo por mi parte sigo siendo fiel al clásico "cinco contra uno".