domingo, 8 de febrero de 2009

EL MISTERIO DE LA SANTÍSIMA TRÍADA O EL ACORDE PERFECTO (PRIMERA PARTE).

-Hablemos en serio. Vas a ver una cosa interesante. Vas a ver, óyelo bien. No se trata de teorías. Alucinaciones y chifladuras nada tie­nen que ver con esto. Los aparatos no mienten.
-Sabemos por la teoría de la unidad de la fuerza, que el movi­miento es, según los casos, luz, calor, sonido, etc…; dependiendo estas diferencias - que esencialmente no existen, pues son única­mente modos de percepción de nuestro sistema nervioso - del mayor o menor número de vibraciones de la onda etérea (la frecuencia de onda en el campo electromagnético).
-Así, pues, en todo sonido hay luz, calor y electricidad latentes, como en toda luz hay a su vez electricidad, calor y sonido. El ultra violeta del espectro, señala el límite de la luz y es ya calor, que cuando llegue a cierto grado se convertirá en luz... Y la electricidad igualmente. ¿Por qué no ocurriría lo mismo con el sonido? me dije.

"La escala musical está representada por una serie de números cuya proporción, tomando al do como unidad, es bien conocida, pues la armonía se halla constituida por proporciones de número, o en otros términos, se compone de la relación de las vibraciones aéreas por un acorde de movimientos desemejantes".

"En todas las músicas sucede lo mismo, cualquiera que sea su desarrollo. Los griegos que no conocían sino tres de las consonan­cias de la escala, llegaban a idénticas proporciones: 1 a 2, 3 a 2, 4 a 3. Entre las ondulaciones de la luz tiene que haber una relación igual, y es ya vieja la compara­ción. El 1 del do, está representado por las vibraciones de 369 mi­llonésimas de milímetro que engendran el violáceo, y el 2 de la octava por el duplo; es decir, por las de 738 que producen el rojo. Las demás notas, corresponden cada una a un color".

"Cuando oímos un sonido, no vemos la luz, no palpamos el calor, no sentimos la electricidad que produce, porque las ondas caloríficas, luminosas y eléctricas, son imperceptibles por su propia amplitud. Por la misma razón no oímos cantar la luz, aunque la luz canta real y verdaderamente, cuando sus vibraciones que constituyen los colores, forman proporciones armónicas".

"Cada percepción tiene un límite de intensidad, pasado el cual se convierte en impercepción para nosotros".

"Estos límites no coinciden en la mayoría de los casos, lo cual obedece al progresivo trabajo de diferenciación efectuado por los sentidos en los organismos superiores; de tal modo que si al producirse una vibración, no percibimos más que uno de los movimientos engendrados, es porque los otros, o han pasado el límite máximo, o no han alcanzado el límite mínimo de la percepción".

-A veces se consigue, sin embargo, la simultaneidad. Así, vemos el color de una luz, palpamos su calor y medimos su electricidad...la onda sonora provoca vibraciones etéreas, puesto que al propagarse conmueve la no materia entre molécula y molécula.

¿Qué es esta segunda vibración?

-Si se estudian con cuidado las propiedades del monocordio, se nota que en toda jerarquía sonora no existen, en realidad, más que tres formas de primordial importancia: la tónica, la quinta y la tercia, siendo la octava la reproducción de ellas a diversa altura, y permane­ciendo en las tres resonancias la tónica como punto de apoyo; la quinta es su antagonista y la tercia un punto indiferente, pronto a seguir a aquel de los dos contrarios que adquiera superioridad.

"Esto es también lo que hallamos en tres cuerpos simples, cuya importancia relativa no hay necesidad de recordar: el hidrógeno, el nitrógeno y el oxígeno. El primero, por su negativismo absoluto en presencia de los otros metaloides, por sus propiedades esencial­mente básicas, toma el sitio de la tónica, o reposo relativo; el oxí­geno, por sus propiedades antagónicas, ocupa el lugar de la quinta; y por fin, la indiferencia bien conocida del nitrogeno (gas inerte) cuyo isótopo Nitrógeno-14 se crea en los procesos de fusión nuclear de las estrellas y al cual le asignaremos el puesto de la tercia."
..........................................CONTINUARÁ

2 comentarios:

Marcos D. García Romero dijo...

Nótase que en ves de ir a clase de física ibas a fumar un pitillo detrás do pabellón...
recoméndoche que enpeses por leer aljo sobre o espectro electromagnético (distintas radiasións correspóndense con distintas lonjitudes de onda) ou no seu defecto nun back to roots mais que nesesario leas, con mais detalle, os traballos seminales de Pitagoras de Samos sobre as frecuensias nos tonos de cordas estiradas . Para un tratamiento mecano-cuántico do problema ( e polo tanto mais místico) podes empesar por desifrar a ecuasión de Schödinger independiente do tempo, que che levará á definisión da funsión de onda e sobre todo ao cuadrado de esta--> probabilidad de que unha cualidade física se manifeste--> ergo si Dios xoja aos dados temos mais dunha triada!

B.L.A.S. dijo...

Maestro eu o que pretendo é fabular e de paso darme un paseo pola veira das miñas lagunas académicas para así achejarme ó misterio desde un prisma "fantacientífico", con Schödinger teño en común o jato.
Na sejunda parte desta sci-fireflexión alcanzarei cotas delirantes(ergo si Dios xoja ós dados temos mais dunha tirada!!!) donde espero lle atopes o sinsentido.
Pitágoras e tí sodes dos meus seres humanos favoritos, biquiños para as boas xentes da Pérfida Albión.